Con el inicio de un nuevo curso escolar nos preguntamos: ¿en qué actividad no reglada podemos matricular a nuestros hijos para enriquecer su formación?
Debemos pensar la mayoría de veces en la propia necesidad de conciliación y, elegir la actividad que nos parece más conveniente para él, resulta un arduo trabajo.
Es conocido por todos que las posibilidades que se nos ofrecen en centros educativos, deportivos, academias, asociaciones, etc. han crecido considerablemente en estos últimos años y bien es cierto que aunque va mejorando la oferta, las actividades donde se desarrolla la diversidad intelectual y el desarrollo libre del niño siguen siendo escasas.
La imaginación es una fuente de riqueza inagotable, fomenta en ellos la Creatividad -facultad de crear, capacidad o facilidad para inventar o crear- y los prepara para desenvolverse en la resolución de conflictos, en la capacidad de improvisar y en el desarrollo personal y profesional.
No sería banal un intento por aumentar este tipos de habilidades en la vida de nuestros hijos, está científicamente probado que desarrolla el intelecto y les capacita para la toma de decisiones.
¿Ayudan en este ejercicio las reformas educativas constantes? Creemos que no.
La última (LOMCE) ha intentado de alguna manera reducir este espacio de crecimiento personal promoviendo el recorte de horas en asignaturas de educación artística y en educación musical.
¡Creamos en las habilidades de nuestros hijos! Sean cuales sean, fomentémoslas, apoyemos sus iniciativas y tranquilos: ya habrá tiempo para -entre vosotros- reflexionar hacia donde enfocar su capacidad, no es cuestión de profesiones, es una herramienta para la VIDA.