Esta pregunta demoledora nos la hizo una niña pequeña en una fiesta de cumpleaños. Estaba saturada de tanta excitación sostenida en el tiempo.
Se había levantado durante toda la semana a las 7:30 h para ir al colegio. Estaba ya en tercero y, con 8 años, sus notas habían sido estupendas -como casi siempre- lo que le daba una confianza a prueba de bomba.
Después de una intensa semana de trabajo en clase, las extraescolares, el taekwondo y el piano en el conservatorio, ese sábado tocaba -como casi siempre también- una fiesta de cumpleaños por todo lo alto. Una vez más a saltar, a correr, a gritar y a hacerle caso a un adulto empeñado en que se divierta y que dirige en todo momento sus movimientos. Otro que, en lugar de ayudarla con los asuntos que no sabe manejar aún por su edad, pretende “organizar” su manera de jugar.
Apartándose del montón exagerado de chavales enfervorizados se dirigió a nosotros (amigos de sus padres) y nos pidió sentarse a nuestro lado, junto a dos niños más pequeños que se habían autoexcluido del jolgorio antes que ella. Le dijimos que claro que sí y se puso a jugar con sus dos compañeros no impuestos. Le parecían de lo más divertido.
Estuvieron un buen rato charlando tranquilamente (¡a saber de qué!). Sonreían y, de vez en cuando, soltaban alguna carcajada. Era obvio que se lo estaban pasando igual de bien o más que saltando, gritando y cantando. Y, al final, de eso ya tendrían el próximo fin de semana… ¿o acaso los padres del próximo cumpleañero no se gastarán en la fiesta los mismo que nuestros amigos? No lo creemos.
A la vista de todo esto, nos preguntamos: ¿tenemos que divertirnos todos de la misma manera? ¿Hay que dirigir absolutamente todo lo que hacen los niños? ¿Es interesante enseñar a divertirse solo con saltos, gritos y música a tope?
Seguimos reflexionando.
Foto: Maxpixel
Muy acertado. Tengo dos hijas en primaria y pienso igual.
¡Gracias, Sebas!
¡Muy acertado! A este paso los niños perderán su capacidad de inventar juegos, regularse solos y relacionarse por sí mismos sin mediación de los adultos.
Gracias Manu, ¡nos encanta que se compartan nuestras ideas!